El coronel José de San Martín era gobernador de Cuyo cuando los chilenos derrotados en Rancagua emigraron a Mendoza. Como San Martín necesitaba asegurar la independencia de Buenos Aires, hasta entonces amenazada por las tropas realistas ubicadas en Alto Perú, tenía planeado ayudar a la independencia de Chile. Para ello, pretendía armar un ejército para atacar el virreinato, y luego desalojar las fuerzas situadas en el altiplano.
Obtuvo apoyo del gobierno de Buenos Aires y simuló intenciones pacíficas ante Osorio. Además, liberó a los esclavos negros, con el compromiso de que se alistasen en sus tropas, e incorporó a los ciudadanos chilenos que habían emigrado con O’Higgins, así como a aquellos soldados de Carrera dispuestos a colaborar.
Los guerrilleros
Mientras organizaba el Ejército Libertador de los Andes, San Martín enviaba emisarios a Chile para mantener informados a los patriotas chilenos sobre lo que estaba ocurriendo al otro lado de la cordillera. Entre estos agentes destacaron Pedro Aldunate de Toro, nieto del Conde de
Batalla de Chacabuco
La gran precisión con que San Martín organizó el movimiento de tropas desconcertó a los realistas, al mando de Rafael Maroto, quienes solo alcanzaron a reunir un número cercano a los 1.600 hombres, entre chilenos y españoles.
San Martín -que sabía que el ejército de Maroto solo estaba separado de los patriotas por
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